CHILE: CONFIANZA QUE SE
CONSTRUYE SOBRE TRES
PILARES

Chile es reconocido mundialmente como un país seguro, confiable y comprometido con la excelencia en la producción de alimentos. Nuestra ubicación geográfica única, unida a una cultura de innovación, responsabilidad y respeto por las normas internacionales, nos posiciona como un socio estratégico para los mercados más exigentes.

La industria porcina chilena basa su crecimiento sostenible y su
proyección global en tres pilares fundamentales:

BIOSEGURIDAD

Gracias a su condición de isla sanitaria natural y a estrictos protocolos de control, Chile ofrece productos libres de las principales enfermedades animales, protegiendo así a sus socios comerciales y consumidores 

Con un modelo de producción verticalmente integrado y una trazabilidad del 100%, aseguramos que cada pieza de carne de cerdo chilena cumpla con los más altos estándares de inocuidad y calidad.

SEGURIDAD ALIMENTARIA

SUSTENTABILIDAD

A través de la economía circular, la innovación tecnológica y un compromiso firme con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), garantizamos una producción responsable que cuida los recursos naturales y el bienestar de las futuras generaciones.

ELEGIR CARNE DE CERDO CHILENA
ES APOSTAR POR CALIDAD,
SEGURIDAD Y SOSTENIBILIDAD.

ES CONFIAR EN CHILE, UN LÍDER
EN LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
PARA EL MUNDO.

NOS IMPORTA LA BIOSEGURIDAD:
NUESTRO COMPROMISO,
SU TRANQUILIDAD

Chile es un verdadero santuario sanitario. Protegido naturalmente por el imponente Desierto de Atacama, la vasta Patagonia, la majestuosa Cordillera de los Andes y el inmenso Océano Pacífico, nuestro país actúa como una isla natural, blindando su producción de alimentos contra las principales amenazas sanitarias globales.

Gracias a esta ubicación privilegiada, Chile está libre de enfermedades que afectan gravemente a la industria porcina mundial, como la Peste Porcina Africana (PPA) y el Síndrome Reproductivo y Respiratorio Porcino (PRRS). Esta condición, única a nivel mundial, nos permite ofrecer productos seguros, confiables y de la más alta calidad.

Pero no nos conformamos solo con nuestras ventajas naturales. La industria porcina chilena, en estrecha colaboración con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) —autoridad sanitaria reconocida internacionalmente—, ha implementado rigurosos protocolos de bioseguridad en todas las etapas de producción, tanto en instalaciones industriales como en crianzas a pequeña escala. Además, contamos con planes de contingencia robustos para actuar de manera inmediata y eficaz frente a cualquier eventualidad sanitaria.

Nuestra cultura preventiva se extiende también a los puntos de ingreso al país: apoyamos de manera activa el trabajo en fronteras del SAG, donando perros entrenados para la detección de productos de riesgo en el Aeropuerto Internacional de Santiago. Esta colaboración nos ayuda a evitar el ingreso de amenazas sanitarias, uno de los principales riesgos a nivel global.

La industria también lidera el programa BIO REP, diseñado para minimizar el riesgo de enfermedades transmitidas a través de alimentos e insumos para animales. Como parte de este compromiso, el 100% de los insumos provenientes de países afectados por PPA debe cumplir estrictos períodos de resguardo de 60 a 90 días antes de su utilización.

Finalmente, con visión de futuro, estamos impulsando negociaciones para establecer protocolos de zonificación sanitaria con mercados estratégicos como Japón, Corea del Sur y China, asegurando así la continuidad de las exportaciones en caso de cualquier desafío sanitario.

En Chile, trabajamos todos los días para proteger su confianza.

 

 

En Chile, la seguridad alimentaria no es solo una promesa, es una realidad comprobable. Cada pieza de carne de cerdo que exportamos refleja nuestro profundo compromiso con la calidad y la inocuidad en cada etapa del proceso.

 

La carne de cerdo chilena es producida bajo los más altos estándares internacionales, gracias a un modelo de producción único: todas las empresas de ChilePork operan bajo un sistema de integración vertical completa. Esto significa que controlan directamente cada fase, desde la formulación de las raciones de alimento, el manejo de la crianza, la faena, hasta la comercialización del producto final.

 

Esta estructura garantiza:

  • Trazabilidad total, desde el campo hasta la mesa.
  • Control absoluto de calidad en cada paso.
  • Disponibilidad continua de productos seguros y confiables para abastecer tanto el mercado interno como los principales mercados internacionales.

 

Como parte de nuestro compromiso con la inocuidad, la industria porcina chilena implementa un Programa Integral de Control de Dioxinas, que monitorea estrictamente los insumos de alimentación animal y los productos finales. Desde 2008 a 2024, hemos realizado más de 10.000 análisis de carne e insumos. Gracias a esta vigilancia permanente:

  • No se han detectado dioxinas en la carne de cerdo chilena.
  • Los escasos hallazgos en insumos han sido identificados y detenidos antes de ingresar al sistema productivo.

 

Elegir carne de cerdo chilena es elegir seguridad, calidad y tranquilidad para sus consumidores.

 

 

 

NOS IMPORTA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA: COMPROMISO TOTAL, CALIDAD GARANTIZADA

NOS IMPORTA LA SUSTENTABILIDAD: CRECEMOS PROTEGIENDO EL FUTURO

La industria porcina chilena ha integrado la sustentabilidad en el corazón de su desarrollo productivo. Crecemos en volumen y calidad, pero siempre respetando nuestros recursos naturales, apostando por un modelo basado en la economía circular y la innovación tecnológica de primer nivel.

Nuestros resultados hablan por sí solos:

Eficiencia hídrica: Entre 2003 y 2023, redujimos en un 69% el consumo de agua por animal, optimizando el uso de este recurso vital.

Tratamiento de purines: El 82% de nuestras instalaciones cuenta con tecnologías avanzadas como biodigestores, plantas de activados y lombrifiltros, que nos permiten transformar residuos en biofertilizantes de alto valor para la agricultura.

Reducción de emisiones: Entre 2000 y 2024, logramos disminuir en un 24% las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) por cabeza, contribuyendo activamente a la lucha contra el cambio climático.

Además, somos parte del programa Chile Origen Consciente, un estándar de sustentabilidad internacionalmente reconocido, que alinea nuestras prácticas a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030. A 2024, 118 instalaciones porcinas certificados, un 77% de la industria porcina nacional.